En la oscuridad

 

Hay un lugar para todos, algunos quizás se lo topen, y otros quizás tengan suerte y le puedan hacer el quite. Aún así, ese lugar está.

Es un espacio en donde la salida no parece evidente, cualquier opción frente a uno, no parece ser la correcta. Es como navegar por una caverna a oscuras.

Ante un escenario así, las alternativas no parecen muy alentadoras, y es difícil saber si vale la pena seguir adelante. Lo único que sé, es que al estar en una situación similar, hay que poner mayor atención a nuestros sentidos, cuando los ojos nos pueden engañar, hay que dejar al olfato, el tacto, el oído hacer lo suyo. Oler lo que da la sensación de ser aire fresco. Tantear con las manos el suelo, y ver si es lo suficientemente firme para seguir pisando por ese lado. Y, oír esas corrientes de viento, sentirlas al pasar cerca de tu oreja, puede que te guíen por el camino correcto.

Es un momento en el que hay que aceptar los miedos, incorporarlos, y hacerlos parte del proyecto.