Son vacaciones

 

En esta ocasión, remontémonos a esos años en que era normal salir a jugar con tus amigos sin preocuparse por el tiempo, por el resto del mundo, o incluso de tus propios compañeros de colegio.

Sí, es un salto considerable en el tiempo, pero es el único referente común que probablemente tengamos, lo cual me permitirá desarrollar la idea siguiente.

Actualmente, cuando nos vamos de vacaciones, realmente nos transportamos a esa sensación de libertad de cuando éramos niños? De no saber nada de nadie, y que (esta es la parte importante) no nos importara?

El año pasado, hice algo así, me tomé unas vacaciones de las redes sociales, cerca de 4 meses. En parte fue por estudios, y porque ya no le veía realmente el sentido, era una especie de vacío en el que seguía metido, foto tras foto, historia tras historia, sin ganar nada más que distracción y tiempo perdido.

Una vez cerradas todas mis aplicaciones, tanto del teléfono como del computador, volví a esa sensación de niño después de un tiempo, era libre del apego a tener que estar constantemente informado, se elimina el ruido.

Y eso es lo que rescato mayormente de esas vacaciones digitales, aprendí a callar lo innecesario, eso que te es arrojado a la cara sin haberlo solicitado, eso que su único propósito es interrumpirte y conseguir un pedazo de tu atención.

Hoy en día, creo que aprender a distinguir a cual información poner atención, o no, es un atributo que permitirá que logremos esas metas que nos colocamos por delante.

Ahora, “compren” ese ticket, y tómense unas vacaciones ;)