Prevé los imprevisible

 

Por muy cliché que suene, la vida tiende a arrojarte por la borda los planes previstos. Podría decirse, que la vida se compara como a navegar por el mar.

Dependiendo de la suerte que tienes, el viaje puede ser totalmente tranquilo, con más o menos viento, que le puede dar esa emoción de estar simplemente vivo. Pero, y tratando de evitar la palabra, siempre se tiene presente la posibilidad de entrar en aguas violentas, que pueden llegar tan rápido como se pueden ir, o, quedarse por un buen tiempo.

Es ante esta posibilidad, que es necesario ir preparado, prever esa posibilidad, saber que existe, y no hacer ojos ciegos a que lo que quizás puede pasar, porque va a pasar cuando menos se espera.

Por eso, piensa en que lo impensado te va a poner trabas, debes navegar con el suficiente margen por delante, de forma que puedas maniobrar y choquar con las olas una vez entres en la tormenta.