Esto es una anécdota que me contaba mi abuelo, y que se puede usar como analogía para los temas que trato acá.

En uno de sus viajes al norte de Chile, le tocó una neblina densa, ya caía en la categoría de Camanchaca (para quien no está familiarizado con el término, es esa neblina que no alcanzas a ver ni la punta del auto). Por lo que se fue manejando detrás de un camión al cual solo se le distinguía la luz que emitía. Fue así durante horas.

Habiendo pasado horas tras el volante, y siendo ya de noche, tomó la decisión de detenerse a un costado de la carretera para dormir un poco y esperar que la niebla se disipara.

Al día siguiente, ya con visibilidad, se había estacionado justo frente de un cartel que decía: “Bienvenido a Copiapó”.

Lo que me gusta de esta historia, más allá de que parara por obvias razones de seguridad, es que puede que en este momento uno se encuentre sin una clara visión de si va a lograr los objetivos, quizás solo hace falta hacer un pequeño empuje para salir de esa neblina.

Hace 2 años, comencé con un trabajo que sabía que tomaría tiempo, y que quizás nunca acabe.

Por razones que desconozco, darse el tiempo para realizar esta tarea en la actualidad tiende a ser escasa, hasta donde logro ver, y en la realidad que estoy inserto, Chile. Si bien existen algunas excepciones, y dado que estoy metido en el asunto, algunos cercanos míos han avanzado en este tema.

Cuál este trabajo del que hablo? La respuesta es simple. Llegar a ella, no tanto. El trabajo en cuál me embarqué es: Conocerse.

Podría decir que me conozco, sé cuales son mis gustos, que me llama la atención, qué no me gusta, etc, y eso ser el “me conozco”. Lo es realmente?

Creo que esas respuestas son muy básicas para lo que cada uno realmente es, y cómo es.

Por esto, los invito a hacerse un tiempo diario, para dirigir la vista hacia otro lado, hacia dentro. Quizás consigan

una manera diferente de ver el mundo.

- Karün

Un ejemplo práctico en qué me sirvió esto, es saber que puedo llegar a ser muy trabajólico, sin embargo, para lograr esto, siempre he tenido que sobrepasar grandes barreras de entrada a ese estado como la flojera, la lata, el no tener ganas, estar cansado, tener que ordenar, etc.

De modo que en estos años, he logrado disminuir en gran cantidad todos los factores que causan estas barreras, de modo que cuando me siento a trabajar, o en este caso a escribir, es para eso exclusivamente. (Igual no soy perfecto y tengo días en que simplemente no funciono como me gustaría, ante lo cual, hago lo posible por cumplir con una meta mínima que me coloco y mañana será un mejor día).

Cuál es la diferencia entre ser complaciente y estar satisfecho?

Por muchos años creo que he sido muy complaciente con la situación “artística” en la cual he evolucionado. He sido excesivamente tolerante con como he desarrollado mi carrera. Si dependiese únicamente de ella hoy en día, estaría en la calle.

Suena crudo o no?

Aún así, es la verdad, mi verdad. Y no hay nadie a quien apuntar más que a mí mismo, yo he sido el responsable de estirar la situación hasta llegar a este punto.

Por este mismo motivo, estoy aceptando mi realidad, y doy las gracias por como evolucionó. Con cuál objetivo? Estar satisfecho con el trabajo realizado al hacer la evaluación final.

Para mí, no es necesario tener una mansión (que por lo demás hay que limpiar, así que me quedo con un lugar más pequeño… una Tiny House?), un auto de miles de millones, etc. Para mí, estar satisfecho, es poder vivir tranquilo, con control sobre las decisiones que tome, con la libertad creativa suficiente para poder estar siempre en movimiento.

Aún no llego a ese punto, pero estoy trabajando para ello, y tú, estás satisfecho?

Preséntate, día tras día.

No siempre se tendrá la energía, la imaginación, la capacidad creativa, las ganas, o el tiempo. Aún así, preséntate.

La consistencia, es lo que te mueve en el largo plazo. No porque comenzaste hoy, será un éxito mañana, pero puede que lo sea más adelante.

Estás aquí para el juego del largo plazo, o para una ganancia efímera?

PD: La consistencia ha sido uno de mis mayores “problemas” a lo largo de mis 26 años, y lentamente, creo haber logrado ciertas artimañas para transformarlo en una “ventaja”. Esto lo iré compartiendo en el tiempo.

En esta ocasión, remontémonos a esos años en que era normal salir a jugar con tus amigos sin preocuparse por el tiempo, por el resto del mundo, o incluso de tus propios compañeros de colegio.

Sí, es un salto considerable en el tiempo, pero es el único referente común que probablemente tengamos, lo cual me permitirá desarrollar la idea siguiente.

Actualmente, cuando nos vamos de vacaciones, realmente nos transportamos a esa sensación de libertad de cuando éramos niños? De no saber nada de nadie, y que (esta es la parte importante) no nos importara?

El año pasado, hice algo así, me tomé unas vacaciones de las redes sociales, cerca de 4 meses. En parte fue por estudios, y porque ya no le veía realmente el sentido, era una especie de vacío en el que seguía metido, foto tras foto, historia tras historia, sin ganar nada más que distracción y tiempo perdido.

Una vez cerradas todas mis aplicaciones, tanto del teléfono como del computador, volví a esa sensación de niño después de un tiempo, era libre del apego a tener que estar constantemente informado, se elimina el ruido.

Y eso es lo que rescato mayormente de esas vacaciones digitales, aprendí a callar lo innecesario, eso que te es arrojado a la cara sin haberlo solicitado, eso que su único propósito es interrumpirte y conseguir un pedazo de tu atención.

Hoy en día, creo que aprender a distinguir a cual información poner atención, o no, es un atributo que permitirá que logremos esas metas que nos colocamos por delante.

Ahora, “compren” ese ticket, y tómense unas vacaciones ;)

Se enciende la fogata, empieza un tamborileo en el fondo, el olor a leña quemándose inunda el ambiente. Unas sombras comienzan una danza alrededor del fuego, invocando a seres superiores que les darán las respuestas que buscan.

Esa es la idea básica que tenemos cuando nos vienen con la palabra “ritual”, ante lo cual muchas veces no nos damos cuenta, y nosotros mismos tenemos ciertos rituales que cumplimos a diario, como levantarse, ducharse, y desayunar, en ese orden.

Al momento de construir algo, los rituales son esenciales. Por qué se preguntarán? Simplemente, porque mediante la repetición se genera compromiso y se vuelve consistente el trabajo que se realiza.

Un ejemplo práctico: Yo todos los días desde que comencé, menos los domingos, de 21.00 a 22.00 horas escribo al menos un blogpost, esa es mi cuota mínima, y mi ritual. Es tanto la restricción de tiempo, como la repetitividad que me permite entrar en ese estado de creatividad y generar contenido.

De modo que todos logremos los resultados que queremos, estaremos dispuestos a crear nuestros propios rituales?

Se te acabó la batería del teléfono. Aunque, de todas formas no te sirve de nada, no hay señal. No tienes nada más a mano, ni siquiera una revista vieja. Sientes como la ansiedad aumenta a medida pasan los minutos mientras esperas, sacas el teléfono, lo miras, y ves tu reflejo en la pantalla, te sientes como un idiota porque sabes que no tiene batería, más, ahí está, en tu mano. Lo vuelves a guardar. Pasan unos minutos más, y te vuelves a encontrar con esa pantalla oscura mirándote. Ahora lo guardas con rabia, cómo es posible que estés tan apegado a esta cosa que no aguantas ni cinco minutos sin él en la mano?

Te quedan 8 horas de espera por delante, cómo vas a sobrevivir sin hacer nada? Solo la idea de que te vas a aburrir, te aburre. Pareciera que no hay nada que hacer, solo queda contemplar como morirás lentamente, minuto a minuto, de aburrimiento. 

Miras por la ventana, el día está variante, nubes vienen y van, el sol deja verse de a ratos. Dirías que es posible que llueva, te dices de recordar sacar la chaqueta que llevas para no mojarte tanto cuando la tortura de esperar termine, miras el reloj, han pasado 15 minutos. Refunfuñas mirándote el bolsillo, pensando en que deberías haber cargado el teléfono antes de salir. Vuelves a mirar por la ventana.

Es cómico como las nubes se forman, haciendo una especie de embudo, y otras que se esparcen con el viento. Se mueven igual de lento como el contenido de las lámparas de lava, lo cual nunca supiste qué era. Te recuerda a tu infancia, cuando tus papás ponían música por la tarde al llegar del trabajo, y tu entre ellos, bailaban y jugaban. Es un bonito recuerdo, sonríes para tí, y te ves en la ventana. Debería cortarme el pelo te dices, hace un par de meses que no lo haces y comienza a notarse. Miras hacia afuera nuevamente.

El sol parece que se decidió a salir, ya casi no quedan nubes, solo algunas en la distancia. El azul del cielo te absorbe, te quedas mirándolo, como si estuvieses buscando encontrar algo. Eso es! Ese azul oscuro, casi negro, es el que necesitas, ahora sabes de qué color pintar tu escritorio, llevabas un buen par de semanas sin lograr decidirte, ahora lo tienes. 

Y mientras la emoción de haber finalmente escogido qué hacer te recorre el cuerpo, como un hormigueo, de esos  que te ponen la piel de gallina, es tu turno, las 8 horas se acabaron, y ni siquiera te diste cuenta. Te dices que no fue tan terrible como pensabas, que incluso hasta te resolvió un problema.

Entonces, realmente te aburres?

Hoy en día es difícil no estar despegado del teléfono, o de nuestras pantallas en realidad. Que el trabajo, que las compras, que mis amigos, que esto, que lo otro… existe una respuesta perfecta para cada uso del aparato que sea que usamos (incluso este en el cual estoy escribiendo estas líneas).

Lo importante ahora, es cuál es el uso que le damos nuestros fieles compañeros del mundo digital. Aunque, antes de entrar en un tema que debiésemos analizar, quisiera que hiciésemos el siguiente cálculo, proyectado a unos 10 años en el futuro:

Mi tiempo de uso diario del teléfono, varía entre 2 a 3 horas aproximadamente, lo cual es considerable y he logrado disminuir bastante en comparación a otras épocas, pero sigamos con el cálculo. Tenemos 24 horas en un día, 365 días en un año, y si le restamos 8 horas de sueño diarias, en 10 años…

3 (horas de teléfono) x 365 (días) x 10 (años) = 10.950 (horas de teléfono en 10 años)

Luego,

24 (horas/día) - 8 (horas de sueño) = 16 (horas despierto)

Por ende,

(10.950 (horas de teléfono) / 16 (horas despierto) / 365 días = 1,875 años

Esto traducido a algo entendible, es algo así como 1 año y 11 meses de uso de teléfono. Y ojo, es de tiempo utilizable en esos 10 años (aproximadamente 6,7 años). Entonces, dónde colocas tu tiempo?

Estás confortable en tu posición, y sin embargo sientes que algo no está del todo bien. Te cuestionas…

Has hecho progreso, y el trabajo comienza dio frutos, el crecimiento fue constante durante un buen tiempo, y ahora pareciera que todo se estabiliza, como si estuvieses entrando en una zona de calma. Es realmente eso?

Tus capacidades dan más que abasto con lo que te propones, el desafío se siente menos exigente que anteriormente, y la emoción de que tu trabajo te tira a dar más, va decreciendo. Puede que te estés acercando a un plateau, si es que no llegaste ya.

Llevo años en uno, sin haberme dado cuenta, ahí, pasado el cuadrado relleno de blanco en la foto de arriba. Ahora, cómo lo superas y vuelves a la curva del crecimiento?

Primero, habla contigo mismo, reconoce la realidad, y admite que estás en esta etapa. Luego, descifra cuales son las razones de por qué te encuentras en esta situación. Busca posibles soluciones, sal de tus círculos habituales, genera incomodidad, falla, y hazlo rápido, crea un nuevo desafío para ti mismo.

Finalmente, y lo más importante, sigue haciendo lo básico, alimentando las raíces de tu trabajo, para que el árbol pase el duro invierno y vea la primavera.

Son las 06.30, llevas despierto 24 horas, apenas lograste cerrar los ojos camino a casa, pero las sacudidas del transporte te terminan por quitar el sueño que tienes. Estás casi al borde de caer dormido en la calle.

Y luego piensas, que hace días que tu ritmo ha sido desenfrenado, noches de trabajo hasta tarde, y días que comienzan muy temprano. En realidad, no te has dado el tiempo de dormir como corresponde, todo eso tratando de lograr una meta, cumplir esa tarea que tienes en mente.

Aunque, a qué costo?

Al igual de importante que las metas en sí, la idea es no quemarse a sí mismo en el camino, no “dispararse en los pies”, o colocarse trabas en el camino.

El descanso, es parte del proceso, un elemento fundamental para lograr las metas. Se conoce el horario en que el descanso trabaja, ahora ajusta tu trabajo para que el descanso haga lo suyo.

Porque de eso se trata, no? De ver quién sale ganando, y quién con la cola entre las patas, e idealmente con arrepentimiento de solo haberse presentado. O así se presentan los debates cada vez que se transmite uno.

Y si tienes estás en un bando, y tu equipo “gana”, te hinchas de orgullo y caminas como si hubieses estado ahí dando la pelea, y viceversa si estabas con el equipo “perdedor”. Estabas, porque muchos ante una situación así, abandonan.

Luego, qué es lo que pasa cuando el debate va de ideas, como entre el “querer” y el “deber”? Alguien tiene que ganar? O es posible escuchar ambas posiciones, rescatar lo importante de cada una, ver sus puntos débiles, y reforzarlos?

Quizás hasta es posible que se complementen!

Y ahí es por donde uno se mueve, por ese delgado slackline, entre lo que debemos hacer y lo que queremos hacer, tratando de no caernos y a la vez ver qué lado nos tira al suelo.

Entonces, estás dispuesto a caminar y encontrar el balance?

Siendo joven, o no, a veces es complicado saber dónde estás colocando el tiempo que tienes.

Es cosa de distraerse un instante, y años han pasado, dejándote un tanto boquiabierto de lo que has cambiado, y de lo gordo que se ha puesto tu perro.

Suponiendo que te preocupas por él, cuándo fue la última vez que salieron a pasear? Que lo dejaste disfrutar ensuciarse, incluso si eso significó tener que pasar vergüenza frente a tus amigos por la idiotez que hizo?

Nuestro eterno presente pasa cada vez más rápido. Cómo lo controlamos, o tomamos el timón del reloj de arena?

Haz una pausa, mira a tu perro, trata de entender lo que te dice moviendo la punta de la cola, y colocando cara de pena, cosa que siempre le sirve para conseguir lo que quiere, y sal con él. Guárdate esos espacios para compartir, y protégelos, que una vez que el último grano de arena caiga…

No sé si has probado alguna vez la meditación, es un proceso interesante.

Más allá de la práctica en sí, llega un punto, en que algo te molesta, o duele, por el simple hecho de estar sentado. Quieres moverte, aliviar esa sensación incómoda, sacudirte como un perro se saca el agua después de quedar como trapo mojado. La idea es no hacerlo, y ver un más allá de ese dolor puntual, observar qué es lo que te enseña algo tan insignificante.

Aguantar esa sensación, extrapolándola a la tarea que estás haciendo, te muestra que no todo es fácil, y que las cosas no siempre pasan como pensamos que lo harán. Habrá resistencia en el camino, podrás con ella?

Cómo crees que comienza esto?

Muchas veces es simplemente una idea fugaz, que anoto en mi teléfono, o en la libreta que arrastro de un lado para otro.

Solo eso, una idea, lápiz y papel, o simplemente mis dedos.

Por muy cliché que suene, la vida tiende a arrojarte por la borda los planes previstos. Podría decirse, que la vida se compara como a navegar por el mar.

Dependiendo de la suerte que tienes, el viaje puede ser totalmente tranquilo, con más o menos viento, que le puede dar esa emoción de estar simplemente vivo. Pero, y tratando de evitar la palabra, siempre se tiene presente la posibilidad de entrar en aguas violentas, que pueden llegar tan rápido como se pueden ir, o, quedarse por un buen tiempo.

Es ante esta posibilidad, que es necesario ir preparado, prever esa posibilidad, saber que existe, y no hacer ojos ciegos a que lo que quizás puede pasar, porque va a pasar cuando menos se espera.

Por eso, piensa en que lo impensado te va a poner trabas, debes navegar con el suficiente margen por delante, de forma que puedas maniobrar y choquar con las olas una vez entres en la tormenta.

Estuviste todo el día en el trabajo pensando en lo que quieres llegar a hacer una vez a casa. Por un motivo u otro, sales más tarde que normalmente, te demoras 2 a 4 veces el tiempo usual en volver, para finalmente lo único quieres hacer, es echarte en el sillón, comer algo, y dormir.

Y luego recuerdas: “Tengo un compromiso conmigo mismo”, y esa sensación de mitad no tener ganas, y mitad sí, te cruza el cuerpo.

Existen tres alternativas, haces lo que tenías pensado, no haces nada, o una alternativa un poco más compleja, te engañas simulando que hiciste algo, o que lo harás después. Lo cual finalmente deja dos alternativas, te levantas del sillón, sacudes las migas del pan que te acabas de comer, y te pones a trabajar, o te quedas durmiendo con el control del televisor en la mano.

Es posible que la idea sea compleja, y bastante difícil, lo suficiente como para ser atractiva y motivarte, y a la vez, ser tan grande que es abrumadora.

Como la cumples?

Divide y avanza. Separa en partes lo suficientemente pequeñas que sabes que puedes completar, pero no TAN pequeñas que tu vecino te escuche roncar.

Como cuando se aprende a caminar, pones un pie frente al otro, para ni siquiera darte cuenta y estar ya terminando lo que te habías propuesto.

haz más!

Título controversial o no?

Solo si se lo lee como titular de noticia, y das vuelta la página.

Como defines la calidad del trabajo que haces? Está a la altura de lo que te piden, o pides en caso de ser tu propio jefe? Está por debajo? O, muy por encima y no hay como pillarte?

Cómo lograr ese trabajo ideal, y no estoy hablando de un puesto de trabajo, sino del trabajo per sé, lo que estás construyendo, lo que es importante de verdad.

La única forma de saberlo, es haciendo ese trabajo, y presentarlo al mundo. No es necesario que sea perfecto, más si es importante que vea la luz, para poder darle paso a los siguientes trabajos suficientemente buenos.

Es como esto que les escribo, no tiene un momento, no tiene modelo ideal, solo es, y una vez libre, es suyo.

Qué esperas?

Eliminar defectos

Esto lo escuché hace poco de una charla de Horst Schulze, co-fundador del Ritz Carlton y fundador de la cadena Capella Hotel Group.

Cómo nos atañe esta idea?

En mi caso, desde hace 2 o 3 años he sido bastante consciente en cuanto a cuáles son mis defectos, o puesto de otra manera, cuáles son mis puntos débiles que tengo que trabajar. Un ejemplo concreto: el orden.

Desde chico, siempre recibí el mismo llamado de mi mamá: “Felipe, por enésima vez, ordena tu pieza […]”. Hasta que me fui a vivir solo, y ahí entendí cuál es la importancia del orden en particular, y que va más allá de tener solamente la pieza, o en mi caso, el departamento ordenado.

Cómo influye eliminar este defecto más allá de mi casa? En la poca experiencia laboral que tengo, es decir, los dos meses de pasantía que llevo, en mi lugar de trabajo llegué a eso, a ordenar, y mostrar que al ser ordenado las cosas funcionan mejor. Solo con ese cambio, la evolución en este corto tiempo ha sido notable. Para los ingenieros, nuestro KPI mejoró un 30% en un mes.

Esa, es la esencia de eliminar defectos, mejorar personalmente, y el mundo que nos rodea.

Cómo saludar?

Cómo presentarme?

Qué presentar? Ante quién presentarme?

Vale esto la pena?

Me llamo Felipe, soy fotógrafo desde hace casi 10 años, y ahora, estoy terminando una etapa que ha sido bastante compleja en superar, mi grado académico de Ingeniero Civil Industrial.

Qué cuál me gusta más? No sabría decir, cada uno tiene lo suyo, y se complementan.

Qué esperar de esto que se leerá? Ni idea, descubramos y dejemos que evolucione en lo que sea.

Que qué estoy haciendo? Tampoco lo sé, y eso lo encuentro desafiante, preocupante, extraño, sin expectativas, sin límites más allá de los que me auto imponga. Como comenzar una buena aventura o no?

Para quién lea esto alguna vez, gracias por estar acá, si me acompañas serás uno de los primeros.